San Juan, conocida por sus cerros y cadenas montañosas que ocupan el 80% de su territorio, es rica en minerales tanto metalíferos como no metalíferos. Mientras la minería metalífera (oro, plata, cobre) ha sido el foco principal del gobierno debido a sus lucrativos rendimientos, la minería no metalífera permanece relativamente desatendida, a pesar de su considerable potencial para impulsar la economía regional.
Entre los minerales no metalíferos hallados en San Juan se incluyen el plomo, uranio, zinc, tungsteno, berilo, manganeso, antimonio, baritina, y destacando el travertino, un mármol del cual Argentina importa un 20% desde Turquía, a pesar de contar con vastos depósitos cerca de La Laja, Albardón. Estos minerales tienen múltiples aplicaciones en la vida cotidiana, desde la pesca en hielo y frenos de automóviles hasta en la medicina, energías renovables y la construcción.
La minería no metalífera ofrece un espectro amplio de usos. Por ejemplo, la baritina se utiliza en la perforación de pozos, producción de agua oxigenada, fabricación de pinturas y pigmentos, y en la industria del caucho. El tungsteno, por otro lado, se emplea en joyería, televisión, microchips, circuitos eléctricos, y en la construcción de metales más duros. Esta diversidad de aplicaciones subraya la importancia económica de estos minerales.
La visión unidimensional del gobierno hacia la minería ha generado suspicacias entre la ciudadanía, sugiriendo una posible connivencia económica entre el poder político y las empresas metalíferas. Es crucial que se desarrollen políticas públicas y de fomento que incentiven la explotación de minerales no metalíferos, generando así más empleo y recursos económicos.
Remontándonos a la época de Sarmiento, su pasión por la minería y su visión de esta como motor de desarrollo para las regiones más olvidadas de Argentina es bien documentada. En sus artículos, abogaba por un gobierno proactivo en el fomento de la minería, viéndola como un elemento clave en la riqueza y el comercio del país.
Hoy en día, el impacto de la minería no metalífera es notable en provincias como Córdoba, que abastece a otras regiones con materiales de construcción, y donde la demanda de rocas ornamentales y de construcción, como mármoles y piedras laja, está en aumento. Se están organizando misiones empresariales para promover la industria marmolera argentina en ferias internacionales, subrayando la oportunidad de desarrollar un nicho de mercado en decoración artística con rocas.
Entre los minerales no metalíferos hallados en San Juan se incluyen el plomo, uranio, zinc, tungsteno, berilo, manganeso, antimonio, baritina, y destacando el travertino
Los agrominerales también presentan un gran potencial, especialmente en la remineralización de suelos en zonas agrícolas clave. El Ministerio de Agroindustria reconoce la necesidad de remineralizar más de 20 millones de hectáreas de suelo, utilizando principalmente carbonatos de origen nacional.
A pesar de los desafíos enfrentados durante la pandemia de COVID-19, el sector de la minería no metalífera ha comenzado a recuperarse, especialmente con la reactivación de la industria de la construcción. La CAEM destaca que este sector es vital para la construcción, ya que proporciona materiales como cemento, cal, hormigón, ladrillos y cerámicos.
La minería no metalífera en San Juan y otras provincias argentinas presenta un potencial económico significativo que aún no se ha explotado completamente. Un cambio en la política gubernamental y una mayor atención a estos recursos podrían no solo impulsar la economía regional sino también ofrecer nuevas oportunidades de empleo y desarrollo sostenible en el país.
