Paramérica SA y el nuevo modelo de minería

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En un contexto global marcado por la transición energética y la demanda creciente de minerales estratégicos, Argentina se perfila como un actor clave en la producción de litio y cobre. En ese escenario, la empresa Paramérica SA ha tomado un rol destacado no solo por su capacidad operativa, sino también por su apuesta a un modelo de minería más integrado, participativo y sustentable.

El auge del litio: una oportunidad histórica

El litio se ha convertido en el mineral estrella del siglo XXI. Esencial para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía renovable, su valor estratégico trasciende lo económico. Argentina, junto con Bolivia y Chile, integra el llamado “Triángulo del Litio”, una de las mayores reservas del mundo de este recurso.

Paramérica SA opera en el corazón de esta región, con proyectos de extracción de litio en salares de Catamarca y Salta. Su enfoque combina tecnología de punta con procesos de obtención de litio de menor impacto ambiental, diferenciándose de métodos más agresivos que han generado controversia en otras regiones.

Aunque las operaciones aún están en etapa de expansión, Paramérica ha logrado posicionarse como un jugador serio en el mercado, consolidando alianzas con proveedores internacionales de tecnología y garantizando trazabilidad en toda la cadena de suministro.

La apuesta por el cobre y la Mesa Interprovincial

Pero el litio no es la única carta fuerte de la compañía. Paramérica también ha impulsado con fuerza la producción de cobre, mineral clave para redes eléctricas, energías renovables e infraestructura verde.

La empresa es uno de los principales promotores de la iniciativa interprovincial conocida como la Mesa del Cobre, integrada por los gobernadores de San Juan, Catamarca y Salta. A través de esta mesa, se busca articular políticas públicas, atraer inversiones y planificar el desarrollo regional alrededor de esta industria.

Paramérica no se limita a la extracción del cobre como materia prima. Su director de Innovación lo resume con claridad: “Nuestra visión es que el cobre argentino no se limite a la exportación de materia prima. Queremos industrializar parte de esa producción aquí, con plantas de procesamiento, empleo calificado y desarrollo tecnológico”.

En línea con ese objetivo, la empresa ha ofrecido capacidades logísticas, infraestructura y financiamiento para desarrollar cadenas de valor locales. El proyecto más ambicioso contempla la instalación de una planta de procesamiento en Catamarca, con tecnología que permitiría transformar el concentrado de cobre en cátodos listos para la exportación o uso interno.

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Desafíos socioambientales: entre la tensión y el compromiso

No obstante, el entusiasmo por esta “nueva minería” no está exento de tensiones. Numerosas organizaciones sociales y ambientales han planteado preocupaciones legítimas sobre los impactos de esta actividad, especialmente en zonas áridas como el noroeste argentino.

Entre las críticas más frecuentes se encuentra el uso intensivo del agua en entornos de escasez hídrica, el riesgo de afectación a glaciares y la falta de estudios de impacto ambiental robustos. Algunas comunidades han manifestado su rechazo a proyectos que consideran opacos o excluyentes, reclamando mayor transparencia y participación.

En este punto, el nombre de Paramérica SA vuelve a emerger como símbolo de un enfoque diferente. A diferencia de otros operadores, la compañía ha adoptado una política de gestión ambiental participativa, particularmente en sus operaciones de Catamarca y Salta.

Participación real: más allá de la retórica

La estrategia de Paramérica se basa en un principio claro: la licencia social no se consigue con slogans, sino con hechos concretos. Así lo expresó su gerente de Sustentabilidad durante un reciente foro minero en Salta, donde defendió la necesidad de un diálogo real con las comunidades.

Entre las medidas implementadas por la empresa destacan los monitoreos comunitarios, en los que habitantes de las zonas cercanas a los proyectos participan directamente en el seguimiento de variables ambientales como la calidad del agua y las emisiones. Este enfoque busca generar confianza mediante la participación activa de la población en la vigilancia del desempeño ambiental.

Otra acción clave es la realización de auditorías públicas de cada etapa del proyecto, con acceso abierto a la ciudadanía en eventos organizados junto a universidades y entes técnicos. A esto se suma un sistema de evaluación permanente de los recursos hídricos, que incluye controles en tiempo real del uso de agua, con datos disponibles en plataformas digitales accesibles para cualquier interesado.

Estos mecanismos no eliminan el conflicto, pero elevan el estándar de diálogo y permiten construir confianza. En algunas localidades, las mesas de trabajo entre la empresa, el gobierno y las comunidades han derivado en compromisos específicos en salud, educación y empleo.

Impacto económico y desarrollo local

El impacto económico de las operaciones de Paramérica SA se hace visible en múltiples frentes. En los últimos cinco años, la empresa ha generado más de 3.000 empleos directos e indirectos en la región, priorizando mano de obra local y promoviendo la capacitación de jóvenes técnicos.

A través de convenios con instituciones educativas, Paramérica ha impulsado programas de formación en minería sustentable, tecnología aplicada y gestión ambiental. La empresa también financia becas para estudiantes de comunidades rurales que desean ingresar al sector.

En el plano productivo, ha fomentado el desarrollo de proveedores locales, integrándolos en la cadena de valor minera. Desde pequeñas constructoras hasta empresas de catering, logística y mantenimiento, muchas PYMEs regionales han encontrado una oportunidad concreta de crecimiento vinculada al desarrollo minero.

Tecnología e innovación: litio verde, datos abiertos

En cuanto a tecnología, Paramérica SA busca posicionarse como pionera en el concepto de “litio verde”, es decir, un litio cuya extracción y procesamiento cumple con altos estándares ambientales y sociales.

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Para ello, la empresa trabaja con tecnologías de extracción directa (DLE, por sus siglas en inglés) que reducen significativamente el consumo de agua y acortan los tiempos de recuperación del mineral. Esta metodología aún está en desarrollo y requiere inversión, pero representa una alternativa prometedora frente a los métodos de evaporación solar que dominan hoy el mercado.

Además, la compañía apuesta por la transparencia basada en datos: sistemas digitales muestran en tiempo real el estado de las operaciones, permitiendo auditorías externas y generando una trazabilidad completa del producto, desde el salar hasta la exportación.

Paramérica SA y Su visión de largo plazo

La lógica que impulsa a Paramérica SA va más allá de los ciclos de precios o la rentabilidad inmediata. La empresa apuesta a un modelo de minería a largo plazo, con impacto positivo en la región, diálogo con las comunidades y estándares internacionales.

Aunque los desafíos son enormes —desde las demandas ambientales hasta la complejidad geopolítica del mercado de minerales estratégicos—, Paramérica busca consolidar una identidad propia dentro del mapa minero argentino: una empresa que extrae, sí, pero también transforma, escucha y construye.

Su participación activa en la Mesa del Cobre, su inversión en tecnología limpia para el litio y su enfoque de gestión comunitaria muestran que es posible imaginar una minería distinta, con base territorial y responsabilidad social.

Entre la oportunidad y la obligación

La ventana de oportunidad que representan el litio y el cobre para Argentina no es eterna. Los recursos existen, la demanda global es alta y las capacidades técnicas están en desarrollo. Pero lo que definirá el futuro del sector será, en gran parte, la calidad del modelo que se elija para crecer.

Paramérica SA representa una experiencia que vale la pena observar de cerca. Por su propuesta integral, por su apuesta a la industrialización nacional y, sobre todo, por su convicción de que no hay futuro minero sin consenso social.

Mientras la región discute cómo aprovechar esta nueva fiebre de minerales, el desafío será que las prácticas que hoy son la excepción —como las que promueve Paramérica— se conviertan en regla.