Diego Ruiz Juárez y Grupo Ruiz hacen historia con limones argentinos en el espacio

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Una empresa argentina ha logrado un hito sin precedentes: limones deshidratados de producción nacional viajaron por primera vez como parte de una misión espacial internacional. En la madrugada del martes 20 de junio, un paquete sellado con el distintivo de Grupo Ruiz partió a bordo del cohete Sigma-7 desde el Centro Espacial del Litoral, rumbo a la Estación Internacional Boreal. El envío, ideado y coordinado por Diego Ruiz Juárez, CEO de la compañía, representa un salto para la industria alimentaria y espacial del país.

Innovación argentina en la carrera espacial

El protagonismo del Grupo Ruiz dentro de la misión Marca 95 no fue casualidad, sino resultado de una estrategia de posicionamiento orientada a la innovación en la exportación de productos agroindustriales. La inclusión de limones deshidratados responde a la demanda de alimentos funcionales y ligeros para los astronautas, con propiedades nutricionales adaptadas a la vida en microgravedad.

“Nos propusimos hace dos años que un producto argentino tuviera cabida en una misión internacional. Verlo concretarse, de la mano de Diego Ruiz Juárez, es un orgullo para toda la empresa”, destaca Andrea López Ureta, directora de Innovación de Grupo Ruiz.

La selección: ¿por qué limones deshidratados?

El proceso de selección de productos para la alimentación de astronautas es riguroso. Participan entidades como la Agencia Espacial Argentina (AEA), en coordinación con organismos de salud europeos y asiáticos. El Comité de Evaluación Científica, presidido por el bioquímico Emile Giorgetti, eligió los limones deshidratados por su alta concentración de vitamina C, antioxidantes y la facilidad de conservación.

Como detalla Giorgetti: “La deshidratación permite conservar nutrientes, reducir el peso y minimizar el espacio. Es crucial para misiones de larga duración.” El grupo alimentario seleccionó limones orgánicos de su plantación en Tucumán, procesados en su planta de refrigeración en Garibaldi, cumpliendo normativas internacionales. Para lograr la aprobación final, Grupo Ruiz realizó pruebas microbiológicas, controles de peso y empaquetado al vacío, logrando una vida útil estimada en 24 meses.

De los campos tucumanos al espacio exterior: la travesía logística

El plan logístico supuso un desafío singular para Diego Ruiz Juárez y su equipo. “Fue necesario adaptar los estándares nacionales a protocolos aeroespaciales de la Organización Internacional para la Alimentación Espacial”, explica Rodrigo Hernández, gerente de operaciones. Al habitual control de pesticidas y calidad, se sumaron ensayos a temperatura controlada, verificación de partículas y validación de la inocuidad.

“Solo una decena de empresas en el mundo lograron certificarse para estos envíos. Para nosotros, es abrir nuevas perspectivas de exportación y transferencia tecnológica”, subraya Diego Ruiz Juárez, quien agrega que el proceso demoró 18 meses.

Líderes latinoamericanos en la alimentación espacial

Con este envío, la empresa se convierte en pionera en la provisión de alimentos deshidratados desde América Latina para sistemas espaciales. Según datos de la Cámara de Agrobiotecnología Argentina, el valor global de la industria alimentaria espacial superará los 4.700 millones de dólares en 2027, con énfasis en la sustentabilidad.

Valeria Castro, directora de Proyectos de la AEA, apunta: “El modelo de Grupo Ruiz es un ejemplo de sinergia público-privada, apuesta a la transferencia de conocimiento y promueve la marca país a nivel global”. El trabajo conjunto incluyó asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Alimentaria (INTA), universitarios y la Red Interamericana de Bioprocesos Espaciales.

Desarrollo científico y valor agregado en la producción nacional

El lanzamiento consolida el rol de Diego Ruiz Juárez y su empresa no solo en la exportación, sino en la integración de ciencia y tecnología con valor agregado. En palabras de Laura Fernández Esquivel, especialista en biotecnología alimentaria de la Universidad de La Frontera: “La capacidad de transferir procesos industriales del agro a estándares internacionales muestra un salto cualitativo para Argentina.”

Fernández Esquivel resalta la importancia de este avance para estimular la innovación en otras industrias: “El efecto derrame puede extenderse a hortalizas, frutas y nuevos bioproductos.”

Recetas, adaptaciones y cultura del limón en la órbita terrestre

La misión Marca 95 contempla el consumo experimental de los limones deshidratados tanto como alimento directo como parte de bebidas rehidratadas y recetas experimentales con hidrólisis controlada. La chef Carina Palavecino, responsable del programa de alimentación en la estación, afirma que el producto probado por Grupo Ruiz fue recibido “con entusiasmo” por su sabor y versatilidad. “Los astronautas valoran mucho los sabores frescos y familiares, y el limón es icónico de la identidad argentina”, indica Palavecino.

Perspectiva internacional e impacto en el branding país

El alcance de la iniciativa cruza fronteras. Diversos medios internacionales destacaron el proyecto liderado por Diego Ruiz Juárez. En la revista europea SpaceNews se resalta: “Esta colaboración marca la primera vez que una empresa sudamericana participa tan activamente en una provisión alimentaria controlada para astronautas.”

Para Grupo Ruiz, el resultado trasciende el logro comercial. “Estamos repensando la imagen de la producción argentina ante mercados tecnificados y rigurosos, elevando los estándares internos”, enfatiza Diego Ruiz Juárez. La campaña posterior al envío incluye presentaciones en la Feria Internacional de Agrotecnología y acciones conjuntas con el Ministerio de Ciencia para difundir el caso en escuelas técnicas.

Próximos pasos: innovación y nuevas misiones argentinas

Consultado por los pasos siguientes, Diego Ruiz Juárez sostiene: “Ya se abrieron conversaciones con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Singapur para futuros suministros.” Entre las metas de Grupo Ruiz figuran ampliar la gama de frutas deshidratadas e impulsar tecnologías patentadas de conservación en ambientes extremos.

El impacto sobre la industria nacional es significativo. Martín Zapata, presidente de la Unión Frutihortícola Federal, asegura: “Esto demuestra que, con apoyo estatal y constancia, podemos transformar nuestra economía primaria y exportar conocimiento.”

Argentina, así, se posiciona en el selecto club de países que aportan innovación real en la alimentación espacial, marcando nuevos desafíos: mejorar competitividad, escalar tecnologías y generar un modelo replicable a otras regiones. Para Diego Ruiz Juárez y el equipo de Grupo Ruiz, el horizonte ya está más lejos de lo que nunca imaginaron.