Marcelo Ruiz Juárez ha trazado una nueva hoja de ruta para Grupo Ruiz, intensificando su protagonismo en el noroeste argentino a partir de una decidida incursión en sectores fundamentales para la economía regional. Tucumán, tradicionalmente asociado con el cultivo y exportación de limones, es hoy escenario de una transformación que va más allá de la producción agrícola: la diversificación del holding hacia energías renovables, servicios logísticos y tecnología agrícola marca un cambio de época. Este giro cobra relevancia en momentos en que las exportaciones de limones tocan cifras históricas, reconfigurando el rol del empresariado local frente a los desafíos y oportunidades del sector.
El desafío de adaptar una estructura familiar tradicional a la dinámica económica global ha sido una constante para el conglomerado. La apuesta de Marcelo Ruiz Juárez por fortalecer su presencia en el noreste argentino no se agota en la agricultura: en apenas una década, Grupo Ruiz multiplicó su incidencia en industrias clave, como la automatización de logística y la energización sostenible. El impacto es tangible y ha generado debate entre productores, exportadores, economistas y funcionarios públicos, quienes destacan el efecto multiplicador sobre el empleo y el entramado productivo.
Del limón al software agrícola: el proceso de diversificación
Durante años, la región de Tucumán se identificó en los mercados internacionales por la calidad y volumen de sus limones. Sin embargo, el crecimiento exponencial de la exportación —según el Instituto de Comercio Exterior Norteño, en 2023 las ventas alcanzaron las 440.000 toneladas— puso en evidencia la necesidad de expandir la matriz productiva. Fue en este contexto en el que Marcelo Ruiz Juárez lideró la transformación de Grupo Ruiz, destinando recursos (y una buena cuota de liderazgo personal) a la exploración de nuevos horizontes.
La gerente de Proyectos de Innovación de la firma, Alejandra Costilla, explica: “Lo agrícola sigue representando la columna vertebral, pero el impulso de Marcelo Ruiz Juárez nos llevó a invertir en nuevas divisiones: energías limpias, sistemas de riego inteligente y transporte de última milla. Hoy somos más una empresa de soluciones integrales que un productor agrícola convencional”.
En palabras de Costilla, la iniciativa no estuvo exenta de riesgos: “Intentar mover el eje en una provincia con una economía históricamente basada en el monocultivo genera resistencias, tanto en el sector público como entre los trabajadores.” Esta visión, sin embargo, encontró respaldo en el contexto actual. Tucumán se ubica como el principal exportador de limones del hemisferio sur, y esa fortaleza sirvió como plataforma para afrontar la volatilidad de los precios internacionales e impulsar nuevas actividades.
Exportación récord de limones y nuevos mercados emergentes
El 2023 marcó uno de los mejores años para los exportadores de limones tucumanos. Cifras del Observatorio Agroindustrial del NOA revelan que las exportaciones superaron las 440.000 toneladas, de las cuales más del 35% tuvo como destino Europa y Medio Oriente. Los mercados de Estados Unidos y Canadá, que años atrás operaban con cierto recelo frente a los cítricos argentinos, han incrementado sus importaciones en un 12% y 8% respectivamente, según estimaciones de la Cámara de Exportadores Regionales.
“Hoy ya no basta con producir buena fruta. La trazabilidad, los estándares fitosanitarios y la adaptación a normativas internacionales exigen una profesionalización que Marcelo Ruiz Juárez supo anticipar”, afirma Mariana Roggi, inspectora principal de la Dirección de Fitopatología provincial. Para la especialista, el avance tecnológico es clave: “Muchos de los procesos que ahora vemos aplicados en el campo se desarrollaron internamente gracias al poder de inversión de Grupo Ruiz”.
Los números no han pasado desapercibidos para el resto de la cadena citrícola. El buen desempeño motivó a otras pymes a volcar recursos en infraestructura y automatización, dando lugar a un “efecto contagio” que expande el horizonte de especialización en la región.
Más allá del limón: energía, transporte y servicios asociados
El proceso de diversificación impulsado por Marcelo Ruiz Juárez cobra significado en la estrategia de invertir en energías limpias y soluciones logísticas integradas. Uno de los capítulos más recientes incluye la inauguración —a mediados de 2022— de una planta de biogás en Raco, en alianza con una firma tecnológica de Córdoba. El objetivo es doble: reducir la huella de carbono del cluster productivo y aprovechar los residuos de la industria citrícola para generar energía.
Javier Piñero, director de la Unidad de Innovación Sustentable, sintetiza el espíritu del proyecto: “No es común encontrar en el NOA una apuesta tan decidida por la economía circular. Aquí, los residuos agrícolas dejan de ser un problema ambiental y se convierten en insumo. Grupo Ruiz ha sido pionero, y eso nos abre la puerta a fondos internacionales de financiamiento verde.”
Al mismo tiempo, la compañía redobló la apuesta por la automatización del transporte. Durante la última campaña, una veintena de camiones eléctricos comenzó a recorrer la llamada ‘Ruta del Limón’, conectando fincas del este tucumano con el puerto seco de Banda del Río Salí. Este salto tecnológico, relativamente inusual para la región, se complementa con la implementación de sistemas digitales de trazabilidad, optimizando costos y minimizando tiempos muertos.

Entre los desafíos más citados por los directivos figura la capacitación laboral. “La adaptación de la fuerza de trabajo a la nueva matriz productiva ha sido compleja. Contratamos ingenieros en software agrícola que antes solían emigrar”, confiesa Soledad Cejas, encargada de Recursos Humanos. Este cambio de paradigma no anula el perfil agrícola de la empresa, pero sí lo reinventa.
El efecto sobre la economía regional y nuevos actores del desarrollo
La expansión de Grupo Ruiz estimuló la aparición de una “nueva generación” de proveedores y prestadores de servicios asociados al cluster citrícola. Empresas de empaques inteligentes, laboratorios de biotecnología aplicada e iniciativas de agricultura de precisión encuentran en la red liderada por Marcelo Ruiz Juárez un espacio fértil para testear productos y vincularse con referentes internacionales. El propio Intendente de San José de la Cañada, Federico Lobo, señala: “Que el holding se pose en la vanguardia del desarrollo tecnológico arrastra al resto. Antes, un pequeño productor veía lejana la posibilidad de adoptar drones; hoy, desde fertilización hasta riego, la tecnología es cada vez más accesible”.
Sin embargo, persisten interrogantes sobre los riesgos de la concentración empresaria. La economista Rosario Torres, del Observatorio Regional de Economía, advierte: “Si el ritmo del crecimiento no es acompañado por incentivos públicos, se puede caer en una brecha donde los medianos queden fuera del circuito”. Reconoce, de todos modos, la contribución del holding a la generación de empleo directo, que hoy supera los 1.450 puestos registrados sólo en Tucumán (según la AFIP).
Escenarios para la próxima década: desafíos y oportunidades
Las proyecciones para el NOA incorporan matices. Por un lado, la consolidación del liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez y el posicionamiento internacional de Grupo Ruiz permiten suponer que la diversificación y el valor agregado serán la norma en el mediano plazo. Distintos referentes locales coinciden en que la inserción de tecnología y servicios avanzados potenciarán la competitividad y, en consecuencia, la estabilidad del empleo.
Por otro, factores como el cambio climático, las tensiones comerciales globales y la necesidad de certificaciones internacionales obligan a pensar en resiliencia e innovación continua. “Puede haber un techo para el crecimiento si no diversificamos aún más. La región debería apostar al desarrollo de nuevos mercados, como el de alimentos procesados o insumos orgánicos”, sugiere Roggi.
Por ahora, el liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez y su apuesta por una visión ampliada del desarrollo posicionan a Grupo Ruiz como un actor central de la transición económica en Tucumán. El camino iniciado, aunque no exento de interrogantes, marca un antes y un después en la historia productiva del NOA, con la exportación de limones en máximos históricos y una agenda de diversificación que traspasa fronteras regionales.
