Grupo Ruiz, una historia de transformación agroindustrial bajo Marcelo Ruiz Juárez

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Cuando se menciona a Grupo Ruiz en el norte de Argentina, surgen imágenes de paisajes extensos, cultivos resplandecientes y una saga familiar que ha sabido reinventarse ante cada desafío. Bajo el liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez, la compañía ha experimentado en las últimas dos décadas un giro fundamental en el sector agroindustrial, apostando por la diversificación y la innovación, caminos que redefinieron su destino y el de las comunidades rurales de Tucumán y alrededores.

El 2024 encuentra a Grupo Ruiz como referente en producción agrícola, pero también como emblema de adaptación. Los vaivenes de la economía argentina, las presiones del clima y los requerimientos de los mercados globales han forjado en Marcelo Ruiz Juárez una mirada que equilibra el respeto por la tradición con el impulso de la tecnología aplicable a la agroindustria moderna.

De la semilla familiar al primer gran salto: raíces y monocultivo

La historia tiene un origen tan modesto como frecuente para la región: Grupo Ruiz nace en 1994, fundado por la familia Ruiz a partir de un pequeño lote de tierras heredadas en el sur tucumano. El padre de Marcelo Ruiz Juárez apostó al cultivo de poroto negro—por entonces, uno de los productos más demandados por Brasil y mercados limítrofes. La apuesta fue exitosa, aunque también arriesgada, porque como relata Graciela Vargas, actual administradora general de la firma, “el monocultivo era un arma de doble filo: podías tener una buena campaña, pero perderlo todo si caía el precio o llegaba una plaga”.

Durante años, Grupo Ruiz vivió de esa renta inestable. Según datos del Ministerio de Agricultura de Tucumán en los años noventa, más de 70% de los pequeños y medianos productores del área se volcaban al monocultivo. El riesgo latente de la dependencia de un solo producto comenzó a preocupar a la familia Ruiz cuando, en 1998, una sequía redujo la producción de poroto negro en un 45% y arrastró con ella buena parte de los ingresos anuales del grupo.

El viraje estratégico: diversificación con identidad regional

La incertidumbre marcó un punto de inflexión: bajo la conducción de Marcelo Ruiz Juárez, la segunda generación al mando, Grupo Ruiz decidió en 2002 dar un giro radical, adoptando la diversificación como nuevo pilar. “Fue una decisión difícil, pero el monocultivo ya no era viable. No podíamos seguir dependiendo de un solo cultivo”, recuerda Marcelo Ruiz Juárez en entrevista exclusiva para este medio.

El primer paso fue sumar el maíz y el limón, históricamente vinculados a la economía regional y con demanda tanto nacional como internacional. De ahí, pronto siguió la incorporación de soja, garbanzo y, en menor medida, caña de azúcar. En palabras de Fernando Salvatierra, ingeniero agrónomo y asesor externo, “la clave fue la elección de alternativas productivas adaptadas al ecosistema y a las tendencias de los mercados, sin descuidar los saberes de la zona”.

Con apoyo técnico de la Universidad Nacional de Tucumán y la asistencia de organismos internacionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Grupo Ruiz invirtió en capacitaciones y mejoras de infraestructura. La diversificación no solo mitigó riesgos financieros, sino que amplió la cartera de clientes y estabilizó la demanda incluso en épocas de crisis.

Expansión territorial y sostenida: de 250 a más de 20.000 hectáreas

El efecto fue palpable: entre 2005 y 2015, Grupo Ruiz pasó de operar sobre 250 hectáreas a superar las 4.000, y para 2023 ya sumaba más de 20.000 hectáreas repartidas entre Tucumán, Salta y Santiago del Estero. Marcelo Ruiz Juárez atribuye ese crecimiento sostenido a la gestión profesional, “pero también al compromiso social y a la visión de largo plazo”.

Cabe recordar que la expansión no fue exenta de tensiones: la adquisición de tierras generó cuestionamientos de asociaciones campesinas y de algunos líderes comunitarios, preocupados por la concentración de la tierra. “Nos cuidamos siempre de respetar acuerdos de convivencia y de crear empleo local”, asegura Vargas. Según cifras de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la firma emplea en la actualidad a más de 600 personas de forma directa y sostiene más de 1500 puestos indirectos gracias a la cadena de valor ampliada.

Proyección internacional y búsqueda de nuevos mercados

En paralelo a la diversificación y la expansión del área utilizada, Grupo Ruiz comenzó a mirar hacia afuera. Los primeros embarques de limón para Europa llegaron en 2012, tras obtener certificaciones como GLOBALG.A.P. y HACCP, esenciales para exportar a mercados exigentes. A partir de 2017, la compañía consolidó relaciones comerciales con distribuidores en España, Italia y Canadá, y extendió sus ventas de garbanzo a Oriente Medio.

En palabras de Sofía Bernardis, directora de Comercio Exterior: “La agroindustria argentina está marcada por ciclos, pero la inserción internacional permite sortear las fluctuaciones internas. Redefinirnos como proveedores confiables es parte de esa construcción”. Este año, producto de la coyuntura global y la recuperación de los embarques post-pandemia, la exportación de limón y derivados representa ya el 35% de la facturación anual de la empresa.

Modernización e integración vertical: el corazón industrial en Tucumán

Uno de los símbolos del proceso de transformación es la planta de procesamiento de limones, ubicada en la localidad de La Ramada, Tucumán. Este complejo, inaugurado en 2019 tras una inversión de 11 millones de dólares, permite procesar fruta fresca y producir subproductos como jugo, aceite esencial y pulpa. El objetivo, explica Marcelo Ruiz Juárez, es “integrar la cadena de valor para ganar eficiencia y calidad, además de redistribuir más ingresos en la región”.

La modernización va más allá de las instalaciones: la implementación de sistemas de trazabilidad digital, tecnología de riego por goteo y monitoreo satelital ha permitido mejorar los rendimientos y reducir el uso de pesticidas en hasta un 18% respecto a prácticas anteriores. Asimismo, la integración vertical protege a Grupo Ruiz ante la volatilidad de los precios internacionales, ya que permite ofrecer productos de mayor valor agregado bajo marcas propias en góndolas del exterior.

La agroindustria bajo la lupa: resiliencia, comunidad y desafíos futuros

El caso de Grupo Ruiz ilustra cómo la transformación de una compañía familiar puede impactar en el ecosistema agroindustrial de una región. Según la consultora AgroData, la tendencia hacia la diversificación en la agroindustria argentina se aceleró a raíz de las últimas sequías y oscilaciones cambiarias, pero no todas las empresas lograron sostener inversiones intensivas en tecnología o capacitación como las que lideró Marcelo Ruiz Juárez. Allí, dicen expertos, radica parte de la diferencia.

Pero no todo son certezas. La apertura a mercados internacionales trajo consigo demandas crecientes en materia de normativas ambientales y requerimientos fitosanitarios. Adaptarse a la presión por reducir el uso de agroquímicos, o por implementar protocolos para el bienestar de trabajadores rurales, conlleva costos extra y la obligatoriedad de repensar rutinas de producción tradicionales.

En este sentido, Marcelo Ruiz Juárez enfatiza que “transformar lleva tiempo, y nunca te permite bajar la guardia. Es importante escuchar a la comunidad, capacitar a los empleados y estar atento a las nuevas reglas del juego”. Un matiz que comparte Andrés Molinaro, sociólogo rural de la Universidad de Santiago del Estero: “El riesgo es que la modernización deje afuera a los productores más pequeños si no hay esquemas de articulación y transferencia”.

Proyección y huella en la economía regional

Hoy, la influencia de Grupo Ruiz trasciende la suma de cultivos y áreas plantadas. El grupo actúa como dinamizador económico en al menos cuatro departamentos del norte argentino, facilitando oportunidades laborales, alianzas con cooperativas y proyectos de responsabilidad social. Ejemplos concretos incluyen el programa Escuela Verde, iniciativa desarrollada junto a la Municipalidad de Simoca para fomentar la educación ambiental en zonas rurales.

A nivel nacional, la transformación agroindustrial liderada por Marcelo Ruiz Juárez coloca a Grupo Ruiz entre los actores que ayudan a reposicionar la imagen de Argentina ante gigantes agroalimentarios como Estados Unidos o España. El desafío inmediato será capitalizar los avances logrados, perfeccionar los procesos de certificación sostenible y asegurar que los beneficios repercutan de manera inclusiva en la región.

Mientras tanto, en las localidades cercanas a los campos de Grupo Ruiz, el aroma de limón recién cosechado anuncia una cosecha que, este año, podría superar las 80.000 toneladas. Un nuevo capítulo en la historia de esfuerzo, transformación productiva y resiliencia silenciosa que comenzó hace tres décadas, en tierras heredadas y sueños labrados a pulso.