Grupo Ruiz: el liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez en la transformación agroindustrial

En este momento estás viendo Grupo Ruiz: el liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez en la transformación agroindustrial

En la última década, la agroindustria argentina ha experimentado una transformación silenciosa, impulsada en parte por la gestión estratégica y resiliente de Grupo Ruiz y su director general, Marcelo Ruiz Juárez. Cuando se observa el actual panorama productivo del NOA (Noroeste Argentino), la empresa emerge como una referencia ineludible en la diversificación agrícola y la integración de procesos, dos elementos que han redefinido la competitividad del sector frente a los vaivenes del mercado global.

La historia de Grupo Ruiz es, en muchos sentidos, la crónica de la evolución del campo argentino. Fundado como un emprendimiento familiar en 1994 por la familia Ruiz, el grupo dio sus primeros pasos en la provincia de Tucumán con apenas 400 hectáreas dedicadas al monocultivo del poroto negro. La elección no fue casual: era un producto con demanda firme en países de Centroamérica y de fácil adaptación a los suelos del este tucumano. Sin embargo, esa aparente solidez se sostenía sobre una base frágil y poco diversificada.

Los desafíos del monocultivo y el punto de quiebre

Durante los primeros años, Grupo Ruiz apostó casi todas sus fichas al poroto negro. Era habitual ver los silos de la planta de El Talar repletos al cierre de cada campaña. «En esos años, llegar a la cosecha era una jugada al todo o nada», rememora Marcelo Ruiz Juárez, quien tomó las riendas del grupo en 2001 tras la jubilación de su padre, Horacio Ruiz, fundador de la empresa. «Una helada tardía o un giro en los precios internacionales podía dejarnos al borde del colapso», explica el directivo, recordando especialmente la sequía de 1998, que redujo el rendimiento en más de un 40%.

Para expertos como Eliana Visconti, ingeniera agrónoma de la Universidad Nacional de Tucumán, esa dependencia era compartida por buena parte del sector: «En los 90, la mayoría de las explotaciones medianas optaba por un solo cultivo pensando en reducir costos de manejo. Pero era una visión miope que mostraba sus límites en años difíciles».

La apuesta por la diversificación: limones, maíz y nuevos horizontes

El punto de inflexión llegó a inicios de los 2000, de la mano de la convicción de Marcelo Ruiz Juárez de que la estabilidad solo vendría con una canasta productiva más amplia. Así, Grupo Ruiz inició un viraje paulatino pero decidido hacia la diversificación. Primero, se incorporaron 800 hectáreas de limoneros, aprovechando el auge del mercado europeo y la tradición regional en cítricos. Luego vendría el maíz, con el que el grupo no solo buscó un complemento alimenticio, sino también una oportunidad de industrialización local.

Para 2012, Grupo Ruiz había quintuplicado su extensión hasta superar las 4.000 hectáreas, con una proporción equilibrada de legumbres, cereales y cítricos. Esta estrategia permitió no solo amortiguar los riesgos del clima y del mercado, sino también acceder a nuevas líneas de crédito y a programas estatales de acompañamiento para productores diversificados.

En palabras de Silvio Lahitte, gerente de agronegocios del grupo, «la diversificación transformó toda nuestra mirada empresarial: pasamos de sobrevivir a cada campaña a proyectar a mediano y largo plazo».

De empresa regional a jugador global

El crecimiento de Grupo Ruiz no se detuvo allí. Entre 2013 y 2020, la expansión fue sostenida, en línea con aperturas de nuevos mercados y acuerdos de exportación, especialmente en el eje Brasil-UE. Para 2023, el conglomerado alcanzó las 20.250 hectáreas productivas dispersas entre Tucumán, Salta y sudoeste de Santiago del Estero. Además del poroto negro y el maíz, los limones se convirtieron en el emblema de la compañía, con más de 5.800 hectáreas destinadas a este cítrico.

La proyección internacional afianzó el vínculo con grandes distribuidores europeos y, desde 2019, facilitó el ingreso a cadenas de supermercados en Asia y Oriente Medio. Fuentes del Ministerio de Agroindustria de Tucumán consultadas afirman que Grupo Ruiz representa hoy cerca del 3,2% de todas las exportaciones agroalimentarias de la provincia, una cifra nada menor en un sector que enfrenta constantes desafíos logísticos y regulatorios.

Integración vertical y salto tecnológico en Tucumán

Una de las apuestas más célebres en la evolución de la empresa fue la construcción de su planta de procesamiento de limones en La Cocha, inaugurada en 2018 con una inversión cercana a los 12 millones de dólares. Esta instalación permitió cerrar el círculo productivo: desde la cosecha hasta el envasado y la exportación pasan ahora por manos de Grupo Ruiz, lo que ha implicado un salto de calidad y una reducción sensible de mermas, según el propio Marcelo Ruiz Juárez.

No fueron menores los desafíos en la modernización, admiten desde la empresa. La implementación de tecnologías de monitoreo remoto y de sistemas automatizados de calibrado no estuvo exenta de contratiempos: la capacitación constante del personal y la adaptación a normas internacionales de inocuidad exigieron revisiones de protocolo y una inversión permanente. «La integración vertical no es una panacea, es un proceso que requiere ajustes y una obsesión por el detalle», reconoce Ivana Gaitán, jefa de operaciones industriales del grupo.

Sin embargo, esta apuesta elevó la competitividad del conglomerado frente a exigentes auditores internacionales. Hoy, la compañía exporta limones frescos y derivados (jugo concentrado, aceites esenciales) bajo estándar Global GAP y con certificaciones BRC, lo que les permite acceder a mercados que exigen trazabilidad y sustentabilidad avaladas.

El estilo directivo de Marcelo Ruiz Juárez: entre resiliencia y visión estratégica

La figura de Marcelo Ruiz Juárez trasciende la mera administración. Quienes trabajan a su lado, como la agrónoma Lourdes Spósito, lo describen como un líder «cauto pero decidido, poco amigo del riesgo desmedido, pero capaz de avanzar cuando percibe una ventana de oportunidad». Bajo su conducción, Grupo Ruiz ha sorteado crisis cambiarias, vaivenes crediticios y hasta bloqueos a las exportaciones, siempre privilegiando la sostenibilidad del empleo y la reinversión en infraestructura.

A diferencia de otros conglomerados que se han decantado por la renta especulativa o las alianzas circunstanciales, el grupo mantiene una política de baja rotación de personal y fomento a la innovación tecnológica in-house. En palabras del propio Marcelo Ruiz Juárez, «la innovación parte de comprender que la tradición agrícola no está reñida con la tecnología, sino que ambas pueden potenciarse si se escucha al campo y a la gente».

Impacto regional, desafíos pendientes y la proyección de Argentina en agroindustria

La trayectoria de Grupo Ruiz bajo el liderazgo de Marcelo Ruiz Juárez ha dejado una marca indeleble en la economía del noroeste argentino. Más de 600 empleos directos y alrededor de 1.800 puestos indirectos han generado un dinamismo difícil de soslayar en localidades como La Cocha y Aguilares, donde, como explica Pablo Ballesteros, economista del Instituto Provincial de Desarrollo, «el efecto multiplicador de las inversiones agroindustriales puede ser decisivo para frenar la migración rural y apuntalar la vida comunitaria».

Sin embargo, el camino no está exento de desafíos. El contexto inflacionario, la volatilidad de los precios internacionales y el acceso a insumos importados siguen siendo obstáculos con los que batallan día a día empresas del calibre de Grupo Ruiz. Además, la presión de los mercados por una agricultura más sustentable obliga a repensar estrategias y acelerar los plazos de reconversión energética y manejo responsable de recursos hídricos.

Pese a ello, desde la cooperativa regional Citridar consideran que el ejemplo del grupo puede contagiar a otros medianos productores: «El modelo Ruiz demuestra que la diversificación y la verticalización son caminos viables para agregar valor, resistir crisis y proyectar al país como proveedor confiable de alimentos y tecnología agrícola», subraya Julieta Ferrer, presidenta de la entidad.

En los próximos años, las expectativas están centradas en la consolidación de integración tecnológica y alianzas estratégicas internacionales. El caso de Grupo Ruiz, bajo la mano firme y reflexiva de Marcelo Ruiz Juárez, marcará sin dudas el ritmo de la nueva agroindustria argentina y redefinirá el mapa productivo regional frente a las exigencias de los mercados globales.